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    - Hey. ¡Hola tío! ¿Qué tal?
    Se escucha por detrás a alguien inesperado. Kupa se da la vuelta y se encuentra de cara con Pica.
    + Hola tío. Pues aquí de camino a casa. Cuanto tiempo sin verte. ¿Cómo te trata la vida?
    - Pues no me puedo quejar. Te he visto mirando el escaparate ese y me quería acercar a saludarte y ver como andas.
    + Aaah, pues aquí estoy. Nada nuevo la verdad – le miraba mientras se preguntaba para sus adentros que querría de él.
    - Bueno, la verdad es que quería preguntarte algo.
    + Anda... Bueno, pues tú dirás. - le sonrió con amabilidad.
    - El otro día estuve con Karo y cuando nos despedimos se fue rara. Y ahora a penas me habla. La verdad es que está rara. ¿Sabes que le pasa?
    + Valla, no me digas. A mi no me ha comentado nada. - mintió.
    - No digas eso, a ti te lo cuenta todo.
    + Vale, sí, me contó algo. Pero aquí no es el lugar indicado para hablar lo. Si quieres vamos a mi casa y hablamos. Aunque no soy yo con quien debes hablar sino con ella.
    - Es imposible sacarle nada, sabes como es. Así que vamos a tu casa mejor.

    Dicho y hecho, se pusieron en marcha. A lo largo del camino no intercambiaron ni una sola palabra. Kupa de vez en cuando le miraba y se preguntaba que vería Karo en Pica que no viera en él.
    + Bueno aquí es. - sacó las llaves y subieron a su apartamento que siempre estaba lleno de gente ya que él tenía una familia numerosa.
    - Cuéntame que sabes. - le dijo mientras estaban entrando en su habitación.
    + Lo sé todo.
    - Pero... ¿todo, todo?
    + Sí todos. Sé que querías asumir parte de la responsabilidad de lo que paso. Dime... ¿por qué lo hiciste? Estoy seguro que la tentaste así que ¿por qué lo hiciste?
    - Joder, pero tú la has visto, ¡está buenísima!
    + Sí pero... ¿no sabías que está con otro?
    - Lo sé, y créeme, ahora me arrepiento.
    + ¿Por qué?
    - Porque me he dado cuenta de que ella es diferente a las demás. Me he dado cuenta de que es única y maravillosa.
    + Wow... - dejó escapar sin darse cuenta. 

    Se callaron durante unos minutos mirándose el uno al otro como esperando que alguien dijera algo. Hasta que de repente Kupa interrumpió ese incómodo silencio:

    + Y eso... ¿eso se lo has dicho a ella?
    - La verdad es que no, me falta valor. Además, temo que si se lo digo podría meter la pata.
    + Sí, creo que te entiendo.- decía él mientras intentaba ocultar sus verdaderos sentimientos hacia ella.
    - Bueno, por favor. Si la ves, dile que me gustaría que volviera a ser todo como antes. Que volviéramos a hablarnos como amigos. Aunque en realidad me gustaría que fuéramos algo más, me conformaré solo con su amistad que es mejor que nada.

    Kupa estaba alucinado de las palabras de Pica. Le tenía por un chico un tanto cabroncete que venía con unas y se iba con otras, el típico ligoncete.

    + Sí, sí, descuida, ya se lo diré. Pero insisto en que eres tú quien debes de hablar con ella, no yo. - le decía mientras le acompañaba a la puerta. - Bueno, hasta luego.

    Era increíble que los dos estuvieran pillados por la misma chica. Kupa no sabía que hacer, ella era la chica de sus sueños y la competencia estaba aumentando por momentos. Él la quería pero cada vez resultaba más difícil hacer que ella se fijara en él. Pero, ¿y si no le decía nada de la conversación que tuvo con Pica? Así ganaría puntos frente a él.
    No... él no es de esos. Es buen amigo y esperaba que eso le recompensara a la larga.