0 de 2 (parte 2)




    - Hey. ¡Hola tío! ¿Qué tal?
    Se escucha por detrás a alguien inesperado. Kupa se da la vuelta y se encuentra de cara con Pica.
    + Hola tío. Pues aquí de camino a casa. Cuanto tiempo sin verte. ¿Cómo te trata la vida?
    - Pues no me puedo quejar. Te he visto mirando el escaparate ese y me quería acercar a saludarte y ver como andas.
    + Aaah, pues aquí estoy. Nada nuevo la verdad – le miraba mientras se preguntaba para sus adentros que querría de él.
    - Bueno, la verdad es que quería preguntarte algo.
    + Anda... Bueno, pues tú dirás. - le sonrió con amabilidad.
    - El otro día estuve con Karo y cuando nos despedimos se fue rara. Y ahora a penas me habla. La verdad es que está rara. ¿Sabes que le pasa?
    + Valla, no me digas. A mi no me ha comentado nada. - mintió.
    - No digas eso, a ti te lo cuenta todo.
    + Vale, sí, me contó algo. Pero aquí no es el lugar indicado para hablar lo. Si quieres vamos a mi casa y hablamos. Aunque no soy yo con quien debes hablar sino con ella.
    - Es imposible sacarle nada, sabes como es. Así que vamos a tu casa mejor.

    Dicho y hecho, se pusieron en marcha. A lo largo del camino no intercambiaron ni una sola palabra. Kupa de vez en cuando le miraba y se preguntaba que vería Karo en Pica que no viera en él.
    + Bueno aquí es. - sacó las llaves y subieron a su apartamento que siempre estaba lleno de gente ya que él tenía una familia numerosa.
    - Cuéntame que sabes. - le dijo mientras estaban entrando en su habitación.
    + Lo sé todo.
    - Pero... ¿todo, todo?
    + Sí todos. Sé que querías asumir parte de la responsabilidad de lo que paso. Dime... ¿por qué lo hiciste? Estoy seguro que la tentaste así que ¿por qué lo hiciste?
    - Joder, pero tú la has visto, ¡está buenísima!
    + Sí pero... ¿no sabías que está con otro?
    - Lo sé, y créeme, ahora me arrepiento.
    + ¿Por qué?
    - Porque me he dado cuenta de que ella es diferente a las demás. Me he dado cuenta de que es única y maravillosa.
    + Wow... - dejó escapar sin darse cuenta. 

    Se callaron durante unos minutos mirándose el uno al otro como esperando que alguien dijera algo. Hasta que de repente Kupa interrumpió ese incómodo silencio:

    + Y eso... ¿eso se lo has dicho a ella?
    - La verdad es que no, me falta valor. Además, temo que si se lo digo podría meter la pata.
    + Sí, creo que te entiendo.- decía él mientras intentaba ocultar sus verdaderos sentimientos hacia ella.
    - Bueno, por favor. Si la ves, dile que me gustaría que volviera a ser todo como antes. Que volviéramos a hablarnos como amigos. Aunque en realidad me gustaría que fuéramos algo más, me conformaré solo con su amistad que es mejor que nada.

    Kupa estaba alucinado de las palabras de Pica. Le tenía por un chico un tanto cabroncete que venía con unas y se iba con otras, el típico ligoncete.

    + Sí, sí, descuida, ya se lo diré. Pero insisto en que eres tú quien debes de hablar con ella, no yo. - le decía mientras le acompañaba a la puerta. - Bueno, hasta luego.

    Era increíble que los dos estuvieran pillados por la misma chica. Kupa no sabía que hacer, ella era la chica de sus sueños y la competencia estaba aumentando por momentos. Él la quería pero cada vez resultaba más difícil hacer que ella se fijara en él. Pero, ¿y si no le decía nada de la conversación que tuvo con Pica? Así ganaría puntos frente a él.
    No... él no es de esos. Es buen amigo y esperaba que eso le recompensara a la larga. 

0 de 2


+ ¿Qué pasa no tenías suficiente?
- Sí... pero yo...
+ ¿Sí pero qué? ¡No! Esto no es así. No eres capaz, no puedes...
- No me digas lo que no puedo, no me digas lo que no soy capaz. - le interrumpió ella en un arrebato de rabia - Simplemente tuve un momento de debilidad, un fallo sin importancia. Yo sé que no debía...
+ ¿Un fallo sin importancia dices? Si venga, ¿y que más? Por Dios mírate... Ahí estas hecha mierda, pues sabes que te digo, te lo mereces.
- Yo...
+ Yo, yo... Mira, lo que has hecho por tanto yo. ¿Eres feliz?
- Lo siento. - decía ella entre lágrimas
+ ¿Dime te sientes satisfecha? - continuaba sin prestarle atención - Me has fallado a mi, y a todos. Esperaba que fueras mejor. La verdad me has decepcionado.
- No digas eso. Lo siento, no pasará más, te lo prometo.
+ ¿Estás segura? Siempre prometes cosas pero... ¿cumples tus promesas?
- Siempre, y esta será una promesa prioritaria.
+ Genial. Eso espero. Espero que hayas aprendido. Espero que te hayas dado cuenta que así no consigues nada, solo hacerte daño a ti y a los que te rodean. Yo sufro al verte sufrir. Por favor, cumple esta promesa. Recuerda que me lo has prometido a mi, no a alguien cualquiera, sino a mi. - le dijo Kupa, con lágrimas entre los ojos.
- No te fallaré. - le abraza - No fallaré más a nadie.

Se hizo el silencio en la habitación. Se escuchaban sus dos latidos que se fundían en un uno gracias a ese abrazo. Ese abrazo tan confortable. Ese abrazo que no querían que se acabara. Pero de pronto él susurró:
+ Y ahora,... ¿que piensas hacer? - mientras la separaba de sus fuertes brazos.
- No lo sé, estoy hecha un lío. Pero sé que he de tener cuidado, he de escoger bien. He de escoger esa carta que conviene y dejar de lado las demás. ¿Lo entiendes? Esto fue un gran error, nunca debí dejar que sucediera.
+ Bueno, la verdad... la verdad es que él también tuvo parte de culpa.
- Lo sé, pero él no está en la misma situación que yo. Y yo no debí permitir que eso ocurriera, ni con él, ni con nadie. Así que la culpa fue toda mía. Dios, estoy hecha un verdadero lío. Ayúdame a tomar una decisión.
+ Por Dios... ¿no me digas que ahora tienes dudas?! - exclamó el estupefacto.
- Claro que las tengo.
+ ¿Y por qué?
- ¿Y por qué no?
+ Pues a ver, explícate. ¿Qué pasa?
- No lo ves... ¡ESTOY HECHA UN LÍO, TE HE DICHO! - levanta su tono de voz.
+ Shhh... vale, vale, pero cálmate Karo. Ya verás como todo se arregla. - la vuelve a abrazar.

Mientras sostiene su cabeza en su pecho ella dice:
- Me dijo que la culpa es sólo suya. Le contesté que parte también era mía. Él quiso llevarse todo el mérito de este error. Y yo no estoy segura de quien tuvo más culpa si él o yo.
+ Me sorprende, no sé que decirte.
- Me dijo que quería recompensarme, porque creía que me había fallado. Y sólo hay una persona que ha fallado aquí y he sido yo. Nunca debí hacerlo. Nunca... - y se abrazó más fuerte hacia él, dejando que la lágrima que se resbalaba de su mejilla cayera en la camisa de él, esa que tanto le gustaba a ella.
+ No te preocupes... - la consolaba él sin saber que más decir.
- Todo iba tan perfecto, y voy yo y la cago. Dios... ¿ahora que voy a hacer? ¿Tú crees que me perdonará?
+ Sí no dices nada, no tendrá porque perdonarte ¿no crees?
- ¿Insinúas que no debo decirlo? - se echó para atrás y le miró con sorpresa.
+ Yo no lo haré, si tú no lo haces. - sonrió y la animo a que ella hiciera lo mismo.
- Pero...
+ No, piénsalo, es un buen plan.
- La verdad es que podría funcionar.
+ Lo único que tienes que hacer es asegurarte que no lo volverás a hacer. ¿De acuerdo?
- Tienes razón. Haré como si nada, espero que él haga lo mismo. - le da un abrazo que dura escasos segundos y se levanta.
Él la mira con esperanza. Ella se gira, aparta su cabello de sus ojos, le sonríe y le dice.
- Muchas gracias, gracias por estar siempre ahí. No te defraudaré. - le da un beso en la mejilla con sus húmedos y sonrosados labios.
+ Siempre me tendrás, y lo sabes. - y la vio como se alejaba, mientras tanto susurro para él mismo. - Te quiero.

Te quiero... esas palabras que nunca se atrevía a decirle, esas palabras que tantas veces estuvo a punto de decirle y nunca lo hacia, porque sabía que ella no era suya, sabía que si lo hacía podría perder la, o hacer que ella sufriera más aún.

Tres cartas que representan tres príncipes.
Has de escoger una. ¿Cuál escogerás?
La carta que escojas será tú príncipe.
Cada carta significa algo para ti, cada príncipe es único. ¿Pero cuál es el verdadero? ¿Qué carta debes escoger?
Y tan sólo has de saber una cosa, que el amor no llama a menudo a tu puerta y has de dejar que entre y ser feliz.

She is confused.

 

Y se convirtió en la banda sonora de mis lágrimas...

Confundida, me hallo confundida. Todo me confunde. TODO.
No se lo que siento ni por quien lo siento. Odio, amor, tristeza, pero sobre todo rabia, rabia que me lleva a esta maldita confusión y a la vez, la confusión es la que genera la rabia.
Todo, es que es todo ya. No saber que escoger se está empezando a convertir en un problema. Me confunde todo.
El bachiller, el no saber que escoger en un futuro porque tengo la sensación de que no sirvo para nada y que lo único para lo que sirvo no puedo escogerlo.

Y en cuanto a lo demás... igual, todo una confusión.

Tenerte tan cerca de mi y a la vez no permitirte que te acerques. Sería un error que ahora mismo no quiero cometer. No quiero cometer un error, aunque a veces lo dude estoy convencida de que no quiero y sobretodo que no debo hacerlo, porque yo ya no soy así, ahora ya no. Me caes bien y me encata tenerte como amigo, nada más. Y si sigues por ese camino puede que lo mejor sea que no nos hablemos ni veamos en una temporada y me dará igual cuando me digas que soy de las pocas personas que te alegran o que no puedes evitar hablar conmigo, porque yo cortaré por lo sano y desapareceré para ti. Esto es lo único que tengo claro en estos instantes.

Todo es una confusión. Y yo acabo de sufrir mi primer ataque de ansiedad por ello. Mi cuerpo no deja de temblar, mientras, intento recuperar mi respiración normal.

Lo único que he sacado de este momento es que, sinceramente, hay decisiones que no pienso ni tomar, estoy demasiado confundida para hacerlo. Seguiré como ahora y que pase lo que sea.

Erase una vez un país llamado...

 
Erase una vez en un país llamado Upper East Side, una hermosa chica conoció a una bestia.
Pero mientras la bestia se encerraba en una torre de hastío, la chica se buscó a un príncipe, su nombre Lui.

Erase una vez en un país llamado Upper East Side, una hermosa chica huyó de una bestia.
Sus mejores amigos empezaron a retirarse. Mientras sus enemigos se reunían para plantear su derrota.
Al otro lado del río en una tierra muy lejana, una misteriosa y joven doncella juega su baza.

Y con la bestia finalmente vencida, la mayoría de los cuentos acabarían con una princesa feliz y con la alegría de su mejor amiga.
Pero en una tierra en la que los mejores castillos tienen vistas al parque, es importante recordar que allí donde acaban los cuentos de hadas, el nuestro, no hace más que empezar.


De la serie Gossip Girl
Temporada 4, capitulo 20
Me encantó este mini "cuento"

De bellísimo sueño a peor pesadilla

Despertarme entre lágrimas dado que uno de mis mejores sueños se había convertido en la peor de mis pesadillas.
Ahí estaba yo en medio de un escenario oscuro iluminada por un foco, un foco que iluminaba cada paso que daba, cada movimiento que hacia. Lo mejor que podía imaginarme estaba sucediendo, yo formando parte de la música. Bailar, moverme y fundirme con la música.
Pero ese bellísimo sueño demostró que no podía ser real. Estaba realizando una pirouette cuando de repente me encontré en el suelo, no podía mover ninguno de mis huesos, mi cuerpo no me respondía.
Al despertar todo me había parecido tan real que no me atrevía ni a intentar bailar.

Bailar... Para mi es algo más que un hobby, lo llevo en la sangre, y todo aquel que me haya visto moverme sabrá a lo que me refiero. Esa sensación de la música recorriendo mis venas, sentir cada nota, cada ritmo formando parte de mi y yo de ellos. La música y yo como un solo ser. La verdad es que cuando estoy agobiada, triste o simplemente necesito expresar algún sentimiento, pongo la música, cierro los ojos y dejo que ésta se apodere de mi, dejo que la magia fluya.
He estudiado dos por no decir tres años de clásico y la verdad es que no me importaría seguir haciéndolo y ampliar mis horizontes con más estilos, se lo básico de clásico (bueno... recuerdo cosillas), se unos cuantos bailes latinos (salsa, bachata...), aprendo con facilidad cualquier paso. Añoro estudiar danza.

Hace poco me enteré de la existencia de un instituto artístico cerca de donde vivo, pero carezco de información sobre él (donde está, qué imparten exactamente...). Además para mi dedicarme a bailar es un sueño imposible, y lo tengo asumido, de hecho ni tan siquiera me molesto en planteármelo. Pues no puedo hacerlo porque sería condenarme a una silla de ruedas en un futuro, ya que padezco de artritis hereditaria.
Tan cerca y a la vez tan lejos de mi sueño.

Ese sueño... ese sueño que me recordó la verdad. Ese sueño tan real... que me confundió y me hizo dudar de mis facultades. Ja, la verdad es que resulta irónico lo que me sucedió más tarde ese mismo día. Debido a circunstancias necesitaba desconectar, desahogarme y la única forma que se me ocurría era bailar. Por muy gracioso que parezca al principio me costó, puse la música y no me atrevía a moverme, me quede sentada en la silla mirándome en ese espejo enorme de mi habitación. Me repetía “tan solo fue un sueño, no dejes que te afecte” cerré los ojos, respiré fuerte y sin darme cuenta estaba haciéndolo de nuevo... bailar. Y volví a sentir esa sensación de bien estar que produce en mi.

En fin, sé que no me dedicaré a ello, ni tampoco lo pretendo pero no quiero desplomarme en el suelo al intentar bailar, fue una auténtica pesadilla para mi.

Y en cuanto a lo que me pienso dedicar en un futuro... tampoco lo tengo muy claro... me encantaría ser directora de cine pero me falta capital y otras cosas se me dan bien. Bueno... de momento me centraré en acabar segundo de bachiller y que sea lo que el destino tenga previsto para mi.

Una dosis de sinceridad extra...

La verdad es que ya no sé que creer.
Será cierto o es simplemente un mundo de falacias esto que estamos construyendo.
Por una parte insistes en que me quieres, por otra dijiste que no querías vivir algo serio como lo anterior, por miedo quizás. Bueno, el quizás me sobra.
Por mi parte yo no colaboro ocultando mis sentimientos. Y dejando me apoderar de ese miedo que poco a poco consigo superar, pero que aún sigue ahí.
Y aún tras decirte un par de verdades siempre estará ahí la pregunta que yo dominaría como tabú para nosotros y que a mi se me clava poco a poco como una pequeña estaca.
Cada vez que alguien nos denomina con esa palabra les rectifico, mientras, por dentro muero de ansia de que en parte sea verdad. Y digo en parte porque a pesar de todo mi miedo me domina a veces, y el saber que alguno de nosotros podría salir dañado me descoloca.
Y sí lo sé no se pude vivir con miedo, hay que arriesgar, bla, bla, bla... sí, sí, todos me lo dicen, pero no lo viven como yo..
Pero aún así ¿a qué esperas? ¿a qué espero?
Yo tengo miedo a preguntar y he intentado arriesgarme y cuando tenia las cosas claras y decidía preguntar, al final me desmoralizaba y me echaba atrás.
En cuanto a ti... no sé que clase de cosas se te pasan por la cabeza, a veces me das pistas, otras me confundes aún más.

Tal vez la culpa sea mía... para mi decirte esas dos palabras (que al decirlas tú y yo no creerme las a veces te cabrea, molesta o sienta mal) resulta complicado, tengo que tener claro qué pasa, sí, puede parecerte una tontería darle tanta importancia a dos simples palabras. Aún así, has de saber que este sentimiento, este cariño, este aprecio que tengo hacia a ti seguramente será superior al que tienes tú hacia mi. Además creo que lo apreciarás más cuando por fin te diga esas dos palabras que nuca hasta ahora te he dicho, pero que desde luego siento.
Ante todo has de saber que me siento agusto contigo, que me encanta tu forma de ser, tu forma de sonreír, tu mirada traviesa, tu lado alocado, todo tú, que me encanta como juegas con mi pelo y las sensaciones que despiertas en mi.
Sí, soy bastante enamoradiza, y sí, por eso tengo miedo, de ahí nace.
Pero repito ¿a qué esperas? ¿a qué espero?
¿A qué alguno de los dos lo eche a perder por rayadas estúpidas o porque alguno reviente de tantas cosas guardadas? "Seamos sinceros"... sí claro... como que tú no te guardas muchas de las cosas que se te pasan por tu preciosa cabecita.
Pues sabes que, no me da la real gana de que esto se eche a perder, prefiero tener "algo" a nada contigo, pero tampoco pienso ser yo la que haga esa pregunta tabú. La paciencia me sobra... y pienso aguantar mucho... y esperaré y esperaré hasta que tú lo hagas por mi.

Por último he de decir que confió en nosotros, tengo esperanzas y siento haberlo escrito y no haberte lo dicho, pero me falta valor. SOY UNA COBARDE ;) No estoy orgullosa de ello pero lo reconozco.